Reflexión: Un comenzar lleno de color.

UN COMENZAR LLENO DE COLOR

Victoria Arango

El día 22 de noviembre de 2013, los integrantes del Semillero de Investigación Tinku nos reunimos para realizar nuestro primer intercambio de conocimiento concerniente a los tres espirales de investigación: Ecosofía, Historia Oral y Educación. Como compromiso cada integrante debía consultar el tema central de su espiral

Compartir nuestros nuevos conocimientos adquiridos fue muy gratificante, y a pesar de que algunos consultamos la misma temática, teníamos puntos de vista y opiniones distintas. Para mí eso es lo más importante, que en este grupo puedo encontrar mucha variedad que me enriquece a cada momento, alegran mi espíritu y motivan mi ser creativo. Este conjunto de saberes integrados y compartidos pueden hacer que nuestras investigaciones sean otrificadas y llenas de color.

Cuando hablo de otrificadas me refiero a que nuestras investigaciones deben y tendrán un enfoque hacia el otro. Como principiantes en este tipo de estudios, decimos que vamos a convertirnos en investigadores, nuestro ego se ensancha, se riega en nuestra alma como una tinta negra en un papel blanco, y nos colocamos en un pulpito que deja al verdadero objetivo relegado y lleno de incertidumbre. Si vamos a trabajar con jóvenes que han tenido dificultades de aprendizaje y disciplina debemos tener en cuenta que ellos están saturados de personas que los hagan sentir inferiores, que los opaquen y los traten como si fueran inservibles, así que nuestras investigaciones serán guiadas por el amor y la entrega al otro, nuestros oídos estarán dispuestos para escuchar (a la manera tojolabal) a estos seres llenos de historias y conocimiento que nos ayudaran a “dibujar nuestro camino”.

Esta frase la escuche de un joven en un taller al cual asistí. Me impacto pues, tiene razón. La sociedad occidental nos ha acostumbrado a que dibujar nuestro camino solo implica hacer una línea recta, por la cual nos encontraremos obstáculos que hay que saltar y continuar. Pero ¿por qué no dibujar nuestro camino de manera distinta? Hagamos círculos, triángulos, cuadrados, espirales, signos de interrogación, flores, mariposas, plantas, animales. Lo que trato de decir, es que cada uno debe dibujar su camino según como lo perciba, cada persona pinta su camino del color que más le guste y si lo desea puede juntar su camino con otro y así crear una combinación maravillosa.

Mi expectativa respecto a mi espiral de investigación, es que podamos trabajar con estos jóvenes como pares, que sea un intercambio de conocimiento en lugar de una enseñanza-aprendizaje encasillado en los resultados cuantitativos. Es motivante saber que voy a contar con un grupo de trabajo especifico, saber que son personas comprometidas y que aman lo que hacen. Esta parte me parece bastante relevante, ya que si todos trabajamos en conjunto, escuchándonos y atendiendo a nuestras diferencias haciéndolas congeniar, podremos lograr que el motivo de investigación se lleve a cabo de una manera limpia y sin contratiempos.

En esta primera reunión como semillero de investigación pude llegar a una conclusión que me hizo sentir muy orgullosa y motivada. Desde el principio tuve las ganas de estar en los tres espirales, ya que me parecen fabulosos, pero es mejor hacer una sola cosa pero bien hecha, así que decidí estar en Educación, manteniendo la curiosidad de los otros dos espirales. Mi conclusión fue la siguiente:

Así como la naturaleza está conectada y se correlaciona, así como el sol es tan vital para la vida como lo es el aire, los tres espirales se relacionan y se complementan, formando un espacio de color y armonía. Una forma de educación popular puede ser la historia oral, podemos conocer nuestro planeta en todas sus dimensiones por medio de la historia oral y no hay mejor espacio para transmitir conocimientos que la escuela.